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Para Escuchar Mientras Lees

lunes, 25 de diciembre de 2006

Los Chicos Poco Comunicativos

(Léase con soundtrack)
Puede parecer, más de alguna vez, que escuchar a Redoles es acercarse a un mundillo vinoso de arte y ciencias sociales, donde cada cuál parece representar un personaje ultra histriónico, exacerbado, que se sobreactúa en su propio drama al segundo vaso de cerveza. Puede parecer incluso que ésta música es sólo representativa de ese mundo, de ese ecléctico grupo de personas que pocas veces guardan la sobriedad suficiente como para comunicarse de forma eficaz. Sin embargo, y después de ser yo misma un personaje redolesiano (es que soy rica, o sea, yo me encuentro rica) que acostumbra a estar en diferentes partes compartiendo, me he dado cuenta que existe una característica transversal a todo bebedor, independiente de su des-formación profesional: somos malos conversadores.
Créanme: nosotros NO somos bebedores sociales. Y ojo que no digo que seamos malos para hablar, porque hablamos hasta los codos, como se dice en buen chileno, sino para intentar establecer aquello que dichosamente la RAE define como: “Hablar CON otra o varias personas”
Y quiero demostrarlo haciendo la única cosa que aprendí a hacer relativamente bien en la U, una tipología, basada en observación directa participante. Así las cosas, existen al menos 5 tipos de Chicos Poco Comunicativos (CPC):
1. Corre que te pillo: cambia de tema sin siquiera decir “agua va” y sólo Dios sabe de que cresta está hablando ahora, y te aseguro que en cuanto ya estas cachando de qué se trata lo que habla está a punto de decir: “pasemos a otra cosa”.
2. Así no es na` la cosa y te bajai del taxi: también conocido como el disidente, este tipo de CPC es altamente exasperante, todo su discurso se basa en decir exactamente lo contrario a lo que opina el que está hablando… independiente de lo que diga.
3. Señor(a) interesante: habla solo y considera que todo el mundo debe escucharlo, no deja opinar al resto, y la verdad es que habla puras huevadas.
4. El Silencioso(a): es la compañía ideal del chico interesante, no habla nada, absolutamente nada y son pocas las personas que podrían decir que alguna vez escucharon su voz. Existe una variante de este tipo que podríamos llamar el susurrador: no importa cuán fuerte esté la música, no hablará fuerte, por lo cual a los 5 minutos de arduo esfuerzo de escucha, prefieres ir a “dar una vuelta”.
5. El(la) Empanada: se repite. Éste de seguro es el más frecuente y en grupo se potencia al infinito. Cuenta las mismas tallas y hace las mismas preguntas, no importa cuántas veces le contestes, él o ella, no lo recordará. El adjetivo Empanada cumple otra función además: indica la fuente de la falla de su memoria corto plazo. La variante de este tipo se hace interesante sólo cuando logra entender que no tiene que contar la misma anécdota exactamente de la misma forma cada vez, una mentirita o exageración le pone picardía a la cosa, nadie se va al infierno por eso.

De cualquier modo es evidente que todos los anteriores tipos de CPC no logran establecer una conversación por mucho que hablen, como dice mi adorado Redoles: si le cortai la oreja a un paco, no hay comunicación. Pero lo más preocupante no es la existencia de uno de estos en un grupo de bebedores, sino la coexistencia de ellos y su alta concentración en ciertos bares universitarios…
Una cosa más: como toda tipología es casi imposible encontrar el tipo puro, es decir, lo más seguro es que aquel que conoces es una mezcla de al menos dos de los antes descritos. Uf!, tráiganme una cerveza.
EMIC

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