Contador de Crónicos de Bar

Para Escuchar Mientras Lees

viernes, 25 de mayo de 2007

Castillos en el Aire II

El Yugo Bar es otro de los próceres que sobreviven en su lugar de siempre, frente a la Tesorería. Lo diferente es que hoy lograr llegar a salvo es una proeza. La galería es territorio comanche y casi se requiere un santo y seña para entrar. En las afueras se encuentran las jaurías al asecho. Por eso que hay una regla no escrita en las tribus nocturnas: moverse en manada por la selva urbana. Por dentro los más doblados y por fuera los más paraditos como guardia gamorreana y ¡qué la fuerza los acompañe!.

De todos modos vale la pena “turistear” por El Yugo por una cuestión didáctica, porque aún van noctámbulos de décadas atrás, que alguna vez también fueron estudiantes “Yo llegué hasta tercero de derecho”, “En quinto de medicina me rajaron”, “Soné en cálculo por tercera vez y chao”. Es como un cementerio de elefantes, porque es bueno el cilantro pero no tanto… Es útil que los estudiantes de hoy pasen y vean su futuro y recuerden la película La Mosca de Cronenberg: Tengan miedo, tengan mucho miedo. Igual hay que tener respeto por los viejos chichas, cuerpos de tiempo olvidado, porque marcaron el rumbo de la bohemia a costa de sus destrozados hígados (que ya no son aceptables ni en anatomía patológica).

En las antípodas están los que sí terminaron sus carreras y hoy son profesionales exitosos con su lema favorito: Acumular más, más, mucho más y así por años hasta que a morir se ha dicho. Lo malo del Yugo hoy en día, es que por ahí se dejan caer después de sus “recitales” a contar sus ganancias esa peste de la música: las tunas universitarias. Interrumpen los cantos espontáneos y sentidos del trovador de nariz telangestásica que entona con voz vinosa, era que no, su clásico “…mozo sírvame en la copa rota…”. Ronald

martes, 22 de mayo de 2007

Nada parece cambiar

Nada parece cambiar.... esta visita al pub de siempre me hace recordar la primera vez que fuimos, todo era nuevo, nos reímos mucho, yo todavía podía coquetearle, porque no sabía que me estaba metiendo en un lío....todavía no se me hacía el nudo en la guata, este nudo en la guata. Supongo que hoy no debo esperar nada nuevo, de él por lo menos, y de mí? No lo sé, creo que debería nacer denuevo para intentarlo, para decirle de una vez que estoy enamorada de él.... que no soy su amiga! o bueno, "quiero ser algo más que eso" cómo dijo Camilo... Y nada, acá estoy mirándolo y odiándome por ser tan pava, tan miedosa..... Algún día!
Nenablu

30 XPRESS


Diagonal PAC 1254, CCP. http://www.treintaxpress.cl


La empaná cardúa gourmet. Innovar es la clave. Lejos de pasar de moda el consumo de la empanada en Chile está institucionalizado, esto pasa gracias a que es un bocado versátil y también a lugares como el 30 y Tantos Express, versión “al paso” del tradicional pub del Barrio Estación. Ubicado en plena diagonal, el local pone la nota culinaria a este sector más bien etílico con una excelente carta de empanadas –fritas, no pasadas de aceite- que incluyen los más diversos rellenos y aderezos a precio ad hoc.

Es un sello también que cada una según sus ingredientes, tenga su propio nombre así es más fácil identificar la combinación de sabores, famosa por ejemplo es la Ubatuba o la Caletas. 100% recomendables. Además este local es diurno, es decir, se puede almorzar en él y tiene unas mesas afuera para cervecear la tarde cuando lo amerite. Para variar las mesas son pocas, no cojas pero escasas y como el interior del local es mínimo, a veces no hay donde estar por lo cual, muchos optan por ir a otros lugares a mitigar el hambre o a apagar la sed. Con todo 30 y Tantos Express va bien pero se cae en el cuento del espacio, si bien es un lugar limpio y bien atendido hay horas en que está abarrotado lo que les resta calidad. Es un gran acierto, reconozcamos, que se come rico y que se incorporaron al mundo del delivery lo que permite disfrutar del estas treintonas tentaciones en casa (sólo si vive en el centro, eso si). Lo peor sin duda, es ir derechito al local y que esté lleno y terminar paseando la sempiterna empanada envuelta en una servilleta por la Plaza Perú. Molgan

Recuerdos que no voy a borrar. Recuerdo cuando era “Feliz e Indocumentada”, despertaba a la crítica formal y mis oídos se llenaban de jugosas historias urbanas. El barrio estación era una novedad y el Treinta y Tantos, era un boliche cálido y acogedor que estaba en Carrera con O’higgins, el mimbre en todo su esplendor nos recibía junto a una jarra de vino y las empandas eran una de las 7 maravillas de esta ciudad, tahina mi favorita; era parte de una lista creativa con combinaciones de ingredientes y sabores de tan preciado manjar. Luego el treinta creció y se cambió a la cuadra siguiente manteniendo el estilo que nos invitaba a conversar largamente. Hoy por hoy el Treinta Express, es un lugar correcto, ideal para comer algo rápido. A pesar de lo pequeño en espacio se puede mantener la intimidad necesaria para charlar con el comensal de turno, la música no es una preocupación, nunca hay un tema de fondo, pero la tele en una esquina me parece fatal; el servicio creo podría mejorar, los meseros parecen atentos, pero a la hora de la rapidez que es lo que uno requiere en una tarde calurosa o una mañana de lluvia, no tiene nada de express. Como antaño, las empanadas siguen siendo la joyita de la carta, más chicas y más caras, acompañadas con las mismas salsas; hay cerveza negra lo que nunca es malo, sobretodo cuando es temporada de mesitas en la calle y ahí si que algunos se quedan sospechosamente pegados. El Treinta Express es otro lugar de paso en la Diagonal, sin ningún aditivo express que invite a quedarse. ¿Cómo olvidar que alguna vez ahí estuvo el Lengue Lengue? Juanita Tornazol
Solo espero que la empaná le caiga bien a la guatita y que la cerveza no haga efecto. Diculpen lo escatológica, pero la verdad es que el 30 Express tiene tanto brillo como bailar tango con el abuelito, y empeora notablemente cuando uno siente la terrible necesidad de ir al baño. La experiencia de ir al baño en el 30 es similar a transformarse en una pieza de tetris flexible... casi puedo sentir la musiquita (ti ti tit tit ti ti trin ) La persona que ideó ese baño pudo fehacientemente demostrar que alguien puede hacer lo que sea para llegar a la taza cuando esta apurado, ¿es posible tener un lavamanos de lado a lado? sí. La misma cosa con las sillas fijas a distancia de las mesas. Todo en el 30 Expres apunta a la optimización: optimización de tiempo, de espacio, de la posibilidad de equivocarte con tu empanada (tienen más señalética que sala de emergencias), etc. La optimización de la vida por sobre su goce, ¿para qué querer tiempo libre si no es para disfrutarlo con tus amigos? ¿para que achicar los espacios si la verdad es casi ya no tenemos lugares donde "estirarnos"? Yo ya trabajo el día completo en un cubículo, y ni cagando salgo a carretear metiéndome en otro. Por cierto, cuando pasen por la diagonal miren hacia dentro del 30 y podrán ver una colección de personas que se engrupieron con que la vida puede vivirse "al paso". Magnolia.

martes, 15 de mayo de 2007

CHARLA DE BAR 4:

Comensal 1, “¿…y porque las modelos de alta costura salen tan enojadas en las fotos?, ¿No les gusta la ropa que llevan puesta, les queda apretada, las encuentran muy caras o tienen un peo atajado…?” Comensal 2, “…y qué más que enojado casi furioso es la carita que muestran los hip-hoperos también en las fotos?, ¿Será que los retó la mamá o se sacaron una mala nota cuando no son hip-hopero? Comensal 3, “…oye n´a que ver con el tema pero ¿Por qué los gremios que están en huelga de hambre dicen siempre que van a llegar “hasta las ultimas consecuencias” cuando en la noche están mandándose un tremendo ave palta…?”. RC

viernes, 11 de mayo de 2007

Castillos en el Aire

De los antiguos locales que han sobrevivido a la modernidad brutal, que todo lo arrasa, esta el Lunchonette en Colo-Colo “casi” esquina Maipú. Ha vagado por diferentes calles hasta su actual ubicación. Adquirió su temprana fama entre los universitarios de “illo tempore” que sedientos acudían a hidratarse después de un certamen -sin certamen iban igual- cuando estaba en Caupolicán en una vecindad mas que conveniente con el cine Windsor. Luego de las funciones era cosa de atravesar para conversar esas tonteras que hablan todos los cinéfilos militantes “…la simbología profunda de la redención en Herzog…”, “…pero que me dices del oscuro misticismo de Bergman…”, “…oye espera un poco ¿y los desgarros de los personajes de Scorsese…”. Y así hasta la madrugada porque “…mi vida era un festín/ en el que se abrían todos los corazones/ y en el que se/ derramaban todos los vinos…”. Aún hoy el Luncheonette mantiene el mismo carácter tranquilo –exceptuando la pantalla gigante- de siempre, donde el clásico son las pichangas y las garzonas que son viejitas (creo que una ya está embalsamada) y fueron heredadas de otro local emblemático: El Nuria. También refugio de noctámbulos con una hermosa barra circular para los solitarios y mesas para los grupos. Estos eran de todos los pelajes y oficios: empleados, obreros, trabajadores del comercio, profesionales del sector y…estudiantes que se hacían los pesados a la hora del cierre pues se demoraban con las ultimas cervezas y se demoraban, demoraban y demoraban hasta que las garzonas -si las mismas de mas arriba- echaban aserrín en las patitas para barrer ¿y que hacían los cargantes?, levantaban las extremidades…y pedían la última. Siempre estuvo en el Paseo Peatonal antes que fuera Paseo (pasaban micros por ahí cuando la tierra aun estaba caliente). Fue reemplazado por una cadena de farmacias. No sé que significará, pero cuando había más bares se necesitaban menos farmacias.
Ronald.

lunes, 7 de mayo de 2007

CHARLA DE BAR 3:

Comensal 1, “¿Alguien me puede explicar que quieren decir los jugadores de fútbol cuando se “juramentan” en el camarín ganar este partido en que se “les va la vida”?, cuando quedan con el arco lleno de goles ¿es que han roto su juramento?”. Comensal 2, “A esos mismos jugadores ¿Por qué los periodistas insisten en sacarles declaraciones? Da pena ver como se esfuerzan en hilvanar palabras. A esa carne no contaminada con la educación deberían dejarlos jugar y transpirar tranquilos”. Comensal 3, “¿No creen que algo funciona mal cuando nosotros que nos deslomamos durante seis o mas años para acabar una carrera ganemos ni la décima parte de lo que estos compadres que apenas finalizaron la básica? Igual grande el Colo…” RC