30 XPRESS
La empaná cardúa gourmet. Innovar es la clave. Lejos de pasar de moda el consumo de la empanada en Chile está institucionalizado, esto pasa gracias a que es un bocado versátil y también a lugares como el 30 y Tantos Express, versión “al paso” del tradicional pub del Barrio Estación. Ubicado en plena diagonal, el local pone la nota culinaria a este sector más bien etílico con una excelente carta de empanadas –fritas, no pasadas de aceite- que incluyen los más diversos rellenos y aderezos a precio ad hoc.
Es un sello también que cada una según sus ingredientes, tenga su propio nombre así es más fácil identificar la combinación de sabores, famosa por ejemplo es la Ubatuba o la Caletas. 100% recomendables. Además este local es diurno, es decir, se puede almorzar en él y tiene unas mesas afuera para cervecear la tarde cuando lo amerite. Para variar las mesas son pocas, no cojas pero escasas y como el interior del local es mínimo, a veces no hay donde estar por lo cual, muchos optan por ir a otros lugares a mitigar el hambre o a apagar la sed. Con todo 30 y Tantos Express va bien pero se cae en el cuento del espacio, si bien es un lugar limpio y bien atendido hay horas en que está abarrotado lo que les resta calidad. Es un gran acierto, reconozcamos, que se come rico y que se incorporaron al mundo del delivery lo que permite disfrutar del estas treintonas tentaciones en casa (sólo si vive en el centro, eso si). Lo peor sin duda, es ir derechito al local y que esté lleno y terminar paseando la sempiterna empanada envuelta en una servilleta por la Plaza Perú. Molgan
Recuerdos que no voy a borrar. Recuerdo cuando era “Feliz e Indocumentada”, despertaba a la crítica formal y mis oídos se llenaban de jugosas historias urbanas. El barrio estación era una novedad y el Treinta y Tantos, era un boliche cálido y acogedor que estaba en Carrera con O’higgins, el mimbre en todo su esplendor nos recibía junto a una jarra de vino y las empandas eran una de las 7 maravillas de esta ciudad, tahina mi favorita; era parte de una lista creativa con combinaciones de ingredientes y sabores de tan preciado manjar. Luego el treinta creció y se cambió a la cuadra siguiente manteniendo el estilo que nos invitaba a conversar largamente. Hoy por hoy el Treinta Express, es un lugar correcto, ideal para comer algo rápido. A pesar de lo pequeño en espacio se puede mantener la intimidad necesaria para charlar con el comensal de turno, la música no es una preocupación, nunca hay un tema de fondo, pero la tele en una esquina me parece fatal; el servicio creo podría mejorar, los meseros parecen atentos, pero a la hora de la rapidez que es lo que uno requiere en una tarde calurosa o una mañana de lluvia, no tiene nada de express. Como antaño, las empanadas siguen siendo la joyita de la carta, más chicas y más caras, acompañadas con las mismas salsas; hay cerveza negra lo que nunca es malo, sobretodo cuando es temporada de mesitas en la calle y ahí si que algunos se quedan sospechosamente pegados. El Treinta Express es otro lugar de paso en la Diagonal, sin ningún aditivo express que invite a quedarse. ¿Cómo olvidar que alguna vez ahí estuvo el Lengue Lengue? Juanita TornazolSolo espero que la empaná le caiga bien a la guatita y que la cerveza no haga efecto. Diculpen lo escatológica, pero la verdad es que el 30 Express tiene tanto brillo como bailar tango con el abuelito, y empeora notablemente cuando uno siente la terrible necesidad de ir al baño. La experiencia de ir al baño en el 30 es similar a transformarse en una pieza de tetris flexible... casi puedo sentir la musiquita (ti ti tit tit ti ti trin ) La persona que ideó ese baño pudo fehacientemente demostrar que alguien puede hacer lo que sea para llegar a la taza cuando esta apurado, ¿es posible tener un lavamanos de lado a lado? sí. La misma cosa con las sillas fijas a distancia de las mesas. Todo en el 30 Expres apunta a la optimización: optimización de tiempo, de espacio, de la posibilidad de equivocarte con tu empanada (tienen más señalética que sala de emergencias), etc. La optimización de la vida por sobre su goce, ¿para qué querer tiempo libre si no es para disfrutarlo con tus amigos? ¿para que achicar los espacios si la verdad es casi ya no tenemos lugares donde "estirarnos"? Yo ya trabajo el día completo en un cubículo, y ni cagando salgo a carretear metiéndome en otro. Por cierto, cuando pasen por la diagonal miren hacia dentro del 30 y podrán ver una colección de personas que se engrupieron con que la vida puede vivirse "al paso". Magnolia.
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